martes, 2 de diciembre de 2008

Un viaje militar. Waterloo.

Esta vez hacemos la mochila para acabar en Bélgica, Bruselas y más concretamente en Waterloo. Lugar de obligatoria visita pues como Stalingrado e Hiroshima, cambiaron el curso de la historia.
La derrota de los franceses aquí en junio de 1815 acabó con el intento de Napoleón de dominar Europa. Hoy en día, la batalla de Waterloo se considera una de las batallas más grandes de la historia europea, la última confrontación entre Europa y Francia, que marca la caída de Napoleón y da paso a una nueva era de paz en Europa.
El 18 de junio de 1815, durante todo el día, se enfrentaron al sur de Bruselas, a campo abierto, en los municipios de Braine l’Alleud y de Waterloo, un ejército francés de 124.000 hombres conducidos por el emperador Napoleón y los ejércitos mancomunados de 6 naciones: el ejército angloholandés, 97.000 hombres conducidos por el general duque de Wellington, y el ejército prusiano, 117.000 hombres conducidos por el mariscal de campo Blücher.



Después de ocho horas de intensos combates, la batalla acabó con la derrota de las tropas francesas vencidas por los angloholandeses y los prusianos. Se recogieron cerca de 9.500 muertos y 32.000 heridos. La noticia de la victoria escrita por Wellington salió de Waterloo lo que también dio su nombre a la batalla.
Este acontecimiento tuvo una gran resonancia en el mundo entero. El campo de batalla de Waterloo se ha convertido en un lugar de memoria donde los antiguos combatientes de Waterloo adoptaron rápidamente la costumbre de ir en peregrinaje.


No olvideis subir los 226 escalones que conducen a La Butte du Lion, monumento conmemorativo de la batalla, representa el lugar en el que fue herido el príncipe de Orange. Desde aquí se admiran unas magníficas vistas del histórico campo de batalla.


¡Hasta otra batalla mis valientes!

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