domingo, 30 de noviembre de 2008

Un poco de la isla de Malta ....


Malta es la isla principal del archipiélago del mismo nombre y también la más grande. Aquí se encuentra la capital de la república maltesa, La Valleta, y otras ciudades muy importantes como Medina, la antigua capital y Rabat. La zona en torno a La Valleta se caracteriza por una alta densidad de edificios, tanto es así que a menudo no se entiende cuál es el confín entre las distintas ciudades y las aldeas.

No obstante ello, cada lugar tiene su peculiaridad. En Malta se encuentran interesantes yacimientos arqueológicos, testimonios de antiquísimas y evolucionadas civilizaciones que habitaron la isla desde la Prehistoria, así como notables monumentos, iglesias y fortificaciones construidas por los Caballeros de la Orden de San Juan, que vivieron aquí durante casi tres siglos. Malta también está ligada a la historia de San Pablo, que durante su viaje hacia Roma naufragó en sus costas, permaneciendo en ella durante tres meses. Malta es más bien llana y el terreno es calcáreo y arcilloso. Las costas de Malta son altas y rocosas en la parte sudoccidental; en la parte oriental, en cambio, hay numerosas bahías y ensenadas, en el norte se encuentran también playas arenosas ideales para transcurrir agradables jornadas de mar.












La Valeta. Cuando el Gran Maestre Jean Parisot de la Vallete colocó la primera piedra de lo que fue definida ``Humilissima Civitas Valletae´´ no pensaba absolutamente crear una ciudad de hermosos edificios. La Valleta tenía que ser una fortaleza para proteger los dos puertos situados a ambos lados de la rocosa península en la que se construiría.










Sliema y St. Julians. Representan el corazón del turismo maltés. En estos dos pueblos hay numerosos hoteles, restaurantes, tiendas y toda clase de diversiones en donde hay que destacar el reino de la noche llamado Paceville. Nacido en la decada de los años treinta como un barrio de St. Julians, es hoy el corazon de la vida nocturna de Malta. Situado en la colina entre Spinola Bay y St. Georges Bay, hay numerosisimos restaurantes, discotecas y bares. En Paceville se encuentra tambien un elegante casino. Seguramente, los noctambulos hallarán aquí todo tipo de diversiones.













Wied Iz-Zurrieq,la Gruta Azul y los Dingli Cliffts. La costa occidental de Malta es alta y con precipicios, pero algunas partes forman pendientes en las costas escarpadas, que bajan hasta el nivel del mar. Una de estas aperturas es Wied iz-Zurrieq.Parecido a un pequeño fiordo, este estrecho brazo de mar sirve de reparo para las barcas cuando hace buen tiempo pero cuando empiezan las señales de tempestad, estas se colocan en la tierra, a lo largo de una bajada rápida. En Wied iz-Zurrieq las barcas se usaban, y se usan todavía, para pescar, pero ahora los pescadores han descubierto que es más remunerativo llevar a los turistas a visitar la Gruta Azul, que se encuentran en las proximidades. Al norte de la Gruta Azul se encuentran los maravillosos Dingli Cliffts. Estos arrefices, que se extienden a lo largo de 5 Km, alcanzan la altura de 250 m sobre el nivel del mar. En algunos puntos los Dingli Cliffts caen a pico sobre el mar y en otros estan surcados por pequeños llanos, a menudo cultivados. Desde esos altos acantilados se disfruta de un estupendo panorama como éste.


Comino. Sin irnos de Malta, llegamos a la pequeña isla de Comino, esta recibe su nombre de una planta que crece en su suelo árido: el hinojo selvático o comino de prado Con un puñado de familias residentes y un único hotel, tiene el aire de una isla un poco abandonada pero siempre muy bonita. La Laguna Azul es la pricipal atracción de Comino, en la costa occidental de la isla. Esas aguas cristalinas, rodeadas de una playa de arena blanquísima, son el lugar ideal para una zambullida o para disfrutar del mar practicando snorkeling.

Para terminar el viaje nos desplazamos (ustedes y yo) en ferry a Gozo, la última de las islas de Malta, para ver la Roca de las Setas, este acantilado se conoce entre los nativos como la Roca del General ya que, según la leyenda, un comandante de la Orden de San Juan descubrio aquí un arbusto conocido localmente como ``Gherq Sinjur´´. Los Caballeros de San Juan protegieron celosamente esta planta ya que se creía que poseía grandes propiedades medicinales contra determinadas dolencias y enfermedades. En 1744, el Gran Maestre Pinto transformó esta roca en un espacio completamente inaccesible. Hasta la mitad del siglo pasado, el gobierno mantuvo contratado a un guardian para custodiar Fungus Rock.
Muy cerca podemos contemplar ``La Ventana Azul´´, es una imponente arcada natural que surge de las aguas del mar. Aunque localmente se la llama It-Tieqa (la ventana), se parece más a una puerta. Todo alrededor, el mar es de azul intenso y aquí se pueden realizar estupendas y agradables inmersiones. En las proximidades existe una gruta sumergida de exepcional belleza.




Esto no es todo, aunque Malta es una isla muy pequeña, queda mucho por descubrir, así que os animo al descubrimiento del encantador archipiélago en el corazón del Mediterráneo, reino de los históricos Caballeros.







Ronda...



Tan cerquita tenemos Ronda, ¡¡y seguro que mucha gente no conoce sus encantos!! Pues hoy nos dirigimos allí, esta vez no necesitamos madrugar demasiado. Ronda se encuentra a una horita y algo en coche, yo aconsejo hacer el camino que va para campanillas y ardales, que no hace mucho arreglaron la carretera, la otra ruta alternativa es llegar hasta San Pedro y subir desde ahí por la montaña, una carretera sinuosa, aburrida y mareante la verdad.

Un servidor tiene familia en Ronda y tiene la suerte de visitarla asiduamente, y cada vez que llegas allí se queda uno sorprendido por el nivel de crecimiento que tiene la ciudad, porque si… es una ciudad ya, no se le puede llamar pueblo a tan inmensa población.

La visita la vamos a comenzar como no…. ¡¡Por casa de mi abuela!! Una casita mata clásica de pueblo que tiene 3 plantas… y la de abajo antes era un bar, pero claro los años pasan y el bar queda en un simple recuerdo…

Nos situamos en la famosa calle La Bola, calle muuuuy larga y la principal que tiene Ronda, es muy conocida, es una calle peatonal que está plagada de comercios, da gusto llegar a Ronda en navidad, es uno de los placeres de estar allí, el llegar un día con el frio invernal, el solecito, y ver calle La Bola desde arriba, ya que esta en pendiente, y solo se ven cabezas de gente, y vas andando y muchos se conocen, vas saludando amigos, a los no tantos también, es algo que hay que disfrutar. Por eso una de las mejores épocas para visitarla es en navidad.

Iniciamos el recorrido por calle la bola a medio día, y hacer parada en los barecitos de las calles adyacentes a calle la bola, podemos tapear por la plaza del socorro y similares, podemos comer tapitas de chorizo y morcilla de ronda que están increíbles, podemos comer unos serranitos que no conozco otro sitio donde los hagan mejor. Podremos parar en alguna pastelería de calle La Bola y comprar unas yemas del tajo, manjar que no hay que dejar de probar si se visita Ronda.

Una vez llenado el buche, continuamos calle la bola dirección alameda, vamos a salir a un gran parque, que da a toda la zona del tajo, y hay balcones con vistas inmejorables, podemos dar un paseo relajante por allí dentro, visitando el estanque de los patos, hay también un par de pavos reales… continuamos hasta el famoso… “balcón del coño”, perdonen la expresión pero es que se llama así… es un balcón que está prácticamente en el aire y te asomas y no ves nada… y claro la frase de la gente es: “coño que alto está”, de ahí que se llame balcón del coño, lo explico pero seguro que vuestras mentes agiles habrán deducido el por qué del nombre. Otra prueba clásica que todo rondeño que se precie hace pasar a cualquier visitante en ese balcón es poner al sujeto de espaldas al tajo, hacer que cierre los ojos, y andar lentamente hacia atrás hasta tocar la barandilla del balcón, da miedo os lo aseguro.


Después de este “mal trago” continuamos para ver la plaza de toros de Ronda, que acoge la famosa Goyesca, en la feria de Ronda que es en septiembre, y continuamos hacia el tajo propiamente dicho, si nos sobra tiempo podremos coger el coche y llegarnos hasta la zona de monte que hay enfrente del tajo, la vista es preciosa. Si continuamos andando cruzamos el puente sobre el tajo y pasamos a la zona conocida como Ronda la vieja, es la parte más antigua de esta ciudad, casitas más antiguas y mucho más pueblerinas, llegamos a la plaza donde antiguamente se ponía el zoco. Sin más, nos hemos tirado unas cuantas horitas para ver la zona centro de Ronda y la más importante y turística, otro día visitaremos lo no tan conocido de Ronda, que no deja nada que envidiar a lo conocido.

Una visita muy interesante que podremos realizar en un día, y sobre todo haced la visita con un rondeño y llegad con muchas ganas de andar.

Un saludo

Cómo hacer una maleta

Noche antes del viaje. Maleta en el suelo abierta de par en par. Armarios igualmente abiertos. Luces encendidas por todas las habitaciones donde crees que vas a necesitar coger algo. Tú de pie delante de la maleta con los brazos cruzados pensando por donde vas a empezar a llenar el maletón. Piensas “solo me voy unos días” así que empiezas a llenarla creyendo que te va a caber todo. Comienzas por los accesorios del baño: shampoo, crema, gel, loción hidratante, cepillo de dientes, exfoliante para la cara, la crema para después del exfoliante, desodorante… y así sucesivamente. Cuando lo tienes guardado en los numerosos neceseres, lo metes en la maleta y empiezas a echar kilos de ropa encima haciendo uso de la coletilla “por si”, que “por si” se usa para todo: “por si llueve”, “por si me mancho”, “por si hace calor”… igualmente pasa con los zapatos “por si voy a la piscina”, “por si salimos por la noche”… Así terminas llenando la maleta hasta sus límites y la cierras, como no, sentándote encima y haciendo fuerza mientras que intentas meter los bordes de ropa que sobresalen para poder cerrar las cremalleras. Todo un espectáculo.
Bueno, parece que todo está dentro.
A la mañana siguiente te metes en a ducha para salir bien despejada para el viaje. Cuando estás dentro desnuda y con frío te das cuenta que no tienes ni shampoo ni crema ni gel ni cepillo de dientes ni ¡nada!... t
odo está en la maleta. Te sales con la toalla liada, abres con cuidado de que no exploten las cremalleras y recuerdas con una mueca irónica de “que gracia” que ayer metiste todo eso lo primero, por tanto están debajo de los varios kilos de ropa. Lo sacas todo, coges lo necesario y te vuelves a meter en la ducha, aunque con un poco menos de buen humor.
Ya vestida, arreglada y con todo listo piensas en que se te olvida algo pero no sabes que es. No le das importancia y sales de casa arrastrando un equipaje del que la gente cuando lo ve no dice “solo se vas unos días” sino “se vas de mudanza”: el bolso, la maleta, la bolsa de mano (que por muy grande que sea la maleta no se como siempre terminamos llevando lo que no nos cabe en una bolsita aparte).
Por fin llegas al aeropuerto y cuando te estas tomando el café de espera para embarcar te acuerdas… “¡No puede ser… EL CARGADOR DEL MÓVIL!”

viernes, 28 de noviembre de 2008

Si diviso una nube, he de emprender el vuelo




Después de tanta teoría, de tanta verborrea, por mi parte, creo me llega la hora de contar “mi viaje”. Ese mismo que cada uno guardamos con recelo y magnificamos a medida que pasan los años y volvemos a contarlo.
Cada uno tiene el suyo, seguro, y este es el mío:
Cuerpo de domingo, simplón y aburrido, de estos que todos tenemos.
Hora de la siesta y sin sueño.
¿Se han fijado alguna vez en esos acelerones de adrenalina que le dan a los chuchos?, (se ponen a correr sin sentido por todo el habitáculo con el único objetivo de llenar velozmente todo el espacio con su presencia), pues lo mismito le paso a mi persona aquel mediodía, oiga.
Planificación cero, misma cantidad de dinero en los bolsillos, un poco de gasoil en el coche y a correr.
Al carajo la observación e investigación del método científico, al rincón castigada la falta de improvisación y al cuerno con la perspectiva deductiva o inductiva yo que carajo sé decía el bueno de Sócrates. Hay que coger de la mano la vida y encaminarla por el sendero del arte, jugar con los días cual artista con pinceles nuevos.
Total, que como el que sale a tomar café por la tarde, me planto en Ardales con el coche.(la siesta por entonces y estas letras ahora, las hago desde Mijas) disculpas por no presentarme.
Un poco de planificación sí que había, (he de confesar), allí me esperaba un compañero y amigo de facultad.
Fruto de su alegría por verme allí y sin avisar, montó una juerga (fiestuki y marcha son términos que mancillan el honor de los grandes homenajes entorno al alcohol y otros elixires) en una casa de campo, más rural que urbana. Espectacular el evento.
La mañana de resaca posterior mi acelerón canino seguía estando en pie. No me podía quedar allí por lo tanto.
De Ardales a Caños de Meca, (tierra arenosa de ensueño que frecuento).
Allí (he de confesar de nuevo), me esperaban dos amigos.
Camping el camaleón, muy recomendable por cierto, conciertillo de no recuerdo el qué, saxo y cerveza, eso si que lo recuerdo.
El acelerón perruno se ve que es contagioso, pues allí los dos compinches se animaron a coger el mapa peninsular y señalar así a vista de buen geógrafo un lugar paradisíaco, es decir, conocido por poca gente y poco habitado.
Pero claro, para que esto fuera una juerga, era menester recoger al primo de uno de los que estaban en Caños, buen tipo donde los haya, amén de amante de la cerveza del gordito de rojo más famoso después de papanoél.
Que tendría uno por aquel dos mil cuatro en la azotea que se fue a recoger a un primo de un amigo a Dos Hermanas, en Sevilla.
El primo y otro amigo suyo, (el bueno de Bodipo) se aliaron al clan del acelerón perruno. Ya éramos cinco, mi coche falto de gasoil, para tan largo tramo, se quedo aparcado en una barriada de Dos Hermanas, protegido por su suerte.
Si se fijan el mapa peninsular nuestro tiene forma de rostro humano, eso lo sabemos todos como verdad de primaria. Pues, sitúense:
La cara tiene barbilla, eso ya es Portugal. Si el mapa es bueno, y no de los chinos, se podrán fijar que de esa barbilla le sale un puntito exterior al rostro (para los poco imaginativos, eso es una isla) Se llama Tavira.
Para mí, y para sintetizar, me dio la impresión de que un trozo de Brasil lo habían secuestrado y depositado en esa parte de Portugal.
Recuerden que yo salí supuestamente por un café.
Mi señora madre ya había telefoneado, según cuenta el barrio mío, a policía, hospitales y dicen que el pentágono no fue avisado de la desaparición del niño sin siesta porque no se disponía del prefijo telefónico.
Tavira es una isla que quita el sueño.
Yo iba sin dinero, por entonces tocaba percusión y llevaba los bongos a todas partes. Gracias a éstos, todo Portugal tuvo constancia de la presencia de cinco andaluces. Como andaluz que soy, valga la redundancia, debo y me permito exagerar.
La noche de falta de madre (de des-madre) fue tal que a dos mil ocho todavía me pregunto cual fue el cúmulo de casualidades o causalidades que nos llevo a amanecer en Huelva.
Cuando mi señora madre me abrió la puerta de la casa nueve días después de la tarde sin siesta...

jueves, 27 de noviembre de 2008

Un poquito de lo nuestro...


Tanto que hablamos de lugares exóticos y apartados… ¿por qué no le prestamos un poquito de atención a lo que tenemos aquí cerquita nuestra? Este verano no he tenido la oportunidad de viajar pero la verdad que no puedo quejarme. El lugar mas visitado creo que ha sido la playa, aunque por mi actual color de piel no se note mucho. No tenemos las mejores playas de España pero el clima acompaña bastante. ¿Quién no ha pasado tardes o noches sentado en el Paseo Marítimo con una cerveza? ¿Y el gustazo que es irte a un chiringuito a comerte un espeto de sardinas?

Por las noches Málaga es un hervidero de juventud. Centro, Puerto, Fuengiro
la, Marbella… vayas donde vayas hay ambiente, y si buscas algo mas alternativo puedes encontrarlo igualmente porque, aunque en número mas reducido, hay un poco de todo.

Cuando llega agosto, éste trae consigo la Feria. Diez días de baile, alcohol y música para todos los gustos, de día y de noche.

Si nos vamos a un ámbito más cultural, podemos visitar la Alcazaba, situado en alto, el Teatro Romano, el Faro, el Castillo de Gibralfaro, La Manquita, el Museo Picasso…


El Paseo del Parque es un sitio perfecto para dar una vuelta después de tomar un café en la Calle Larios. Hay teterías, bares, restaurantes, salas de espectáculo y muchas alternativas de ocio.
Las grandes plazas adornadas con fuentes o esculturas son muy características en el centro, unidas a las bastas zonas verdes.

El Puerto de Málaga, aunque ahora mismo en reconstrucción, forma un conjunto perfecto en unión con el verde de los jardines con el agua.

En cuestión de compras, busques lo que busques seguramente lo encontrarás ya que existe una innumerable cantidad de establecimientos, sobre todo de ropa, calzado y perfumería.

Hago alarde de mi ciudad, y es que realmente podemos encontrar todo lo mencionado y más.

En mi caso, no se si habrá sido la compañía o el lugar, o una mezcla de ambos, pero he tenido unas vacaciones (sin viaje) de las que no tengo queja.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Ámsterdam



25/08/2007

Día 1:
Son las 6 de la mañana. Con los ojos aún pegados, mi prima, mi hermana y yo nos disponemos a coger un taxi que nos lleve al aeropuerto. Nos vamos 3 días a Ámsterdam, pero por el equipaje parece que nos vamos un mes.
Todo ocurrió según lo planeado: llegamos al aeropuerto, cogimos el avión y dos o tres horas mas tarde ya estábamos en nuestro destino. Nos dio el tiempo suficiente como para sobrellevar el madrugón con un sueñecito.
Llegamos al hotel, soltamos las maletas y nos fuimos a desayunar. La ciudad era preciosa: un canal que cruzaba de punta a punta, el tranvía que pasaba a menudo y la cantidad de bicicletas que estaban siendo usadas. Los coches eras una minoría en comparación con el resto de medios de transporte.
Nuestro día allí fue estupendo. Comimos en una terraza, paseamos por el mercado de flores y entablamos conversación con algunos españoles que andaban por allí de visita.


26/08/2007

Día 2:
Nos levantamos a las 10, nos pegamos una ducha y salimos disparadas a conocer el resto de la capital. Esta vez nos centramos en conocer el Barrio Rojo. Se trata de una calle larga con un canal atravesándola y una gran cantidad de gente recorriéndola. En los laterales había algo parecido a los escaparates dónde se exhibían las mujeres ofreciendo sexo. Era como si todo cuanto había en la calle se empapara de sensualidad. De hecho todo giraba en torno al sexo.
También hicimos por conocer la cerveza, más fuerte que la que tenemos en España.

27/08/2007

Día 3:
Es el último día y después de comer tenemos que coger el avión de vuelta a casa. Durante la mañana nos llegamos a los famosos “coffeshops”. Son bares donde puedes tomarte un café o té mientras fumas hachís o maría (siempre controlando la edad de los clientes y la cantidad que consumen). El tema del Barrio Rojo y de este tipo de establecimientos suelen ser chocantes para los turistas pero es que en Ámsterdam tanto uno como otro están legalizados, y por tanto mucho mas controlado que en otros lugares donde es ilegal.


La verdad, la escapada mereció la pena.

sábado, 22 de noviembre de 2008

Rio Chillar

Hoy nos quedamos cerca de nuestra tierra, lo único que nos hace falta muchas ganas y un par de bocadillos. ¡Nos vamos al Rio Chillar! Situado en la parte oriental de la provincia de Málaga, entre los términos municipales de Nerja y Cómpeta, España.

Nos ponemos en marcha un grupo de 6 personas, (la buena compañía es importante claro) todos dispuestos a pasar un gran día. Nos ponemos en órbita temprano, para aprovechar bien el día. Media hora nos separa del rio chillar, siempre que vayáis desde Málaga capital. Llegamos y aparcamos en un lugar más o menos habilitado, en una cantera, no conviene seguir con el coche si no llevas un 4x4, y no es el caso.

Son las 10:20 de la mañana, vamos equipados con bañadores, tenis preparados para reventarlos, calzado cómodo porque andaremos muchas horas y por muchas superficies, secas, resbaladizas… Importante también es llevar bañador, porque a lo largo del camino nos encontramos pozas donde poder bañarnos y si el tiempo acompaña y después de estar acalorados por la caminata, apetece mucho ese refrescón, comida para cuando hagamos un alto y una mochilita con lo indispensable bien a salvo del agua, en alguna bolsa impermeable o algo por el estilo para guardar cartera, móvil, llaves….

Deberemos cuidar también la época del año en la que visitar el rio, para que no haya llovido hace poco, vaya que haya demasiada agua, o que nos encontremos el rio totalmente seco…. Yo lo he visitado un par de veces y siempre en la época de septiembre, y está bastante bien de agua.
Empezamos nuestro camino, que empieza en una antigua central hidroeléctrica, durante todo el camino podremos seguir siempre el curso del rio, no hace falta salirse si uno no quiere, pero hay tramos que nos serán más dificultosos pasar por el rio y deberemos salirnos a la orilla, para pasar troncos derribados o zonas algo escarpadas. El camino durante todo el rio es muy entretenido, iremos por zonas abiertas muy bonitas y por zonas que tendremos que ir en filas de a uno, zonas frondosas, pasaremos por un cañón, paredes altas a los lados y por ahí no hay otra que pasar a través del rio. Pasaremos por pozas grandes donde nos podremos bañar tranquilamente, tendremos cascadas para poder meternos debajo y refrescarnos.


Por lo general siempre nos encontraremos otros excursionistas, siempre suele haber mucho compañerismo, desde aquí pido que cuidemos el medio ambiente y el rio, y recojamos nuestra suciedad.

He podido comprobar que el paisaje cambia de un año para otro, el rio va modificando aparentemente su curso y las zonas donde pasa, la vegetación cambia, siempre que lo visitemos nos encontraremos rincones nuevos que explorar. Nos podemos tirar unas 3 horas subiendo y otras 3 bajando, ya depende del ritmo que se lleve, pero de momento no he encontrado bloqueo como para no seguir avanzando.

Visita recomendada, muy económica y muy cerquita de nuestra tierra.

jueves, 13 de noviembre de 2008

Dublín ... la bella ciudad


Con sus viejas estatuas, elegantes bulevares georgianos, animados bares en Temple Bar, Dublín es una ciudad a la vez cosmopolita e intensamente Celta.

De pocas ciudades en el nuevo mundo han surgido tantos escritores como en la capital de la República de Irlanda: Swift, Joyce, Shaw, WildeCasey, Beckett, Goldsmith y el más grande escritor de terror, Bram Stoker, el de Drácula.



El Museo de los Escritores de Dublín, en Parnell Square, el Centro de James Joyce en North Great George´s Street, y el Museo de James Joyce, situado en la Torre Martello de Sandycove te ofrecen más información sobre este fenómeno literario.


Dublín es hoy en día un destino perfecto para los que disfrutan de la marcha nocturna. Para aprender más sobre la historia musical de Dublín, el Recorrido Rock and Stroll te da más detalles sobre U2, Bob Geldof y SinéadConnor (alguna de sus mega estrellas).



Para los expertos historiadores, y también para todos aquellos interesados en asuntos del pasado, Dublín es un tesoro por descubrir. Puedes admirar de forma gratuita las exhibiciones nacionales e internacionales en el Museo de Historia Natural en Merrion Square, o en el Museo Nacional de Irlanda.

Aunque finalmente quedó bajo el completo control de los celtas, Dublín fue en su origen una ciudad vikinga. La intrincada historia se descubre en el Centro Patrimonio Dvblinia, al lado de la Catedral Christchurch.


Dublín está repleto de edificios históricos. Elegantes mansiones georgianas en Merrion Square, el magnífico Trinity College, donde se conserva el fascinante Book of Kells, o el animado ambiente de un pub de Dublín. Cómo dijera un famoso irlandes llamado JP Donleavy: ´´ Nunca estarás a más de ciento treinta y nueve pasos de una pinta de cerveza negra o un vaso de whiskey´´.





La visita al Almacén Guinness en St James´Gate supone casi un peregrinaje, pues al fin y al cabo aquí se inventó está bebida en el año 1778. Aunque para rendir justo tributo a este descubrimiento, continúa con una Guinness o un whiskey irlandés en un pub envejecido por el tiempo, y acompáñelos de una animada conversación o el agradable sonido de la música tradicional irlandesa.








El este de Irlanda está muy cerca de la ciudad de Dublín. Al sur de Dublín se encuentra la ciudad de Dalkey, con sus castillos, almenas y tonificante brisa marina. Hacia el norte, Malahide ofrece una casa solariega y fantásticas vistas del mar, mientras que más al sur nos encontramos con la agreste península de Howth Head. El pueblo de Howth, con su pintoresco puerto, es famoso por su gastronomía, especializada en productos del mar. Desde Dublín es muy fácil llegar a las Montañas de Wicklow, por lo que son un lugar ideal para disfrutar de la naturaleza y tomarte un descanso de la ciudad. Aquí podrás practicar el senderismo, aunque en la ciudad también te ofrecen paseos organizados para el viajero o turista.


Phoenix Park, uno de los parques más grandes en una ciudad, ocupa un extenso terreno en la orilla norte del Río Liffey. Antiguamente un lugar donde batirse en duelo, se utiliza en la actualidad para actividades más tranquilas, como el footing, los paseos o las meriendas al aire libre.

¡Tanto que ver y tanto que hacer!







martes, 11 de noviembre de 2008

Rovaniemi…


Abrimos los ojos sobre las 7 AM, aun nos encontramos a bordo del tren que cogimos anoche, una larga noche por cierto, buscando posturas imposibles para poder conciliar el sueño. Ya es de día donde nos encontramos, el paisaje que se puede observar es cuanto menos maravilloso, el sol no levanta aun 1 metro sobre el horizonte, grandes llanuras todas cubiertas de una densa capa de nieve, arboles salteados y pequeñas casas perdidas en el campo que me pregunto si estarán habitadas. Se nota el frío en el ambiente, aunque en el tren hace una temperatura agradable, y las mallas térmicas y los pantalones de esquiar ayudan mucho.


Por fin llegamos a nuestro destino, Rovaniemi, capital administrativa de la provincia de Laponia, ciudad donde reside nuestro querido Papa Noel, situada muy cerca del círculo polar ártico, es una ciudad pequeña. Nos disponemos a visitarla y a desayunar, las calles están todas nevadas, y con capas de hielo, conviene ir cuidando nuestros pasos. Son las 8 Am y pocas cosas hay abiertas y aun menos personas hay en la calle. Encontramos un pequeño centro comercial para tomar un desayuno, bastante caro por cierto, pero necesario, y nos disponemos a ir a nuestra excursión concertada, con una empresa que hace tours por los alrededores del pueblo, para ir en moto de nieve, durante el día, por la noche para ver auroras boreales, hacer visitas a granjas de renos o de huskys. Nosotros nos disponemos a visitar a los renos, nos preparamos con unos monos, que encima de nuestra ropa nos hace parecer el muñeco Michelin, pero todo es poco si vamos a ir en moto de nieve con el frío que hace, el resto de la indumentaria se compone de botas, guantes y casco.


Nuestro monitor que ira delante nuestra todo el camino nos explica cómo conducir una moto de nieve y las normas k no deberemos saltarnos. El mecanismo de la moto de nieve es fácil, frenamos con una maneta normal como las de una moto o una bici, y aceleramos con un pequeño pulsador, que está a la altura del dedo gordo de la mano derecha, muy fácil, se las ve poca cosa pero esos “bichos” alcanzan los 180 km/h, nos disponemos a salir, la empresa tiene rutas diseñadas, nos tiramos 3 horas en ruta, empezamos por un río congelado, k se extiende sobre nosotros kilómetros y kilómetros, hasta que nos introducimos en el bosque y seguimos una senda, por aquí hay que ir más lento, dejamos los 100 km/h que alcanzamos antes para rodar a un ritmo medio de 50 km/h aproximadamente, que no es poco. Llegamos justo a la granja de renos, otra monitora nos está esperando, todos son muy amables con nosotros y nos explican todo lo que deseamos saber, en ingles por supuesto. Nos damos una vuelta en un trineo tirado por un reno, que no nos hace ni caso, se supone que si tiramos de las riendas debería frenar y si le damos con ella (muy suave) pues acelerar, pero es “perro viejo” y se limita a llevarnos a su ritmo. Vuelta al campamento base en nuestra moto, por otra senda distinta. Bosques muy frondosos nos vamos encontrando por el camino hasta que salimos a la gran llanura que es el río.
Después de la despedida con nuestros amigos de las motos nos disponemos a comer, como no, en un “fast food”, el famoso McDonald, con el “atractivo” que es el que más al norte del mundo se encuentra. Cogemos un bus hacia la ciudad de Papa Noel, visita obligada si uno pasa por Lappland, todo muy comercial la verdad, muy navideño y muy bonito, Papa Noel nos dedica un par de palabras en español que nos dejo asombrados. Visita a la tienda de ``souvenires´´ y vuelta a Rovaniemi para coger el tren de vuelta a Helsinki, otra noche de tren, pero uno va tan cansado que no hace falta ni buscar la postura para dormir.

Lappland es visita obligada si uno pasa por la zona, hay que ir en dos épocas importantes, una para poder ver el famoso sol de media noche, que se da en el mes de junio sobre todo, y la otra época es en invierno para poder disfrutar de la nieve y de este tipo de excursiones.

Un viajero recomienda este sitio para visitarlo….viaje inolvidable sin duda.

jueves, 6 de noviembre de 2008

¿Turista o viajero?

¿Viajero o turista?

El viajero y el turista son bastante diferentes. El viaje en sí es lo único que los une porque detrás de la cámara de fotos y los mapas de rutas se esconden dos mundos y dos formas completamente distintas de viajar. ¿Y tú? ¿Qué quieres ser? Descubre en esta nota a qué grupo perteneces…


El tiempo

Una de las principales diferencias entre un viajero y un turista es el tiempo.
El turista tiene bastante definida la duración de su estadía, el día de llegada y la vuelta.
El viajero tiene más libertad y maneja su itinerario a piacere. Recorre sin límites y vuelve cuando lo cree oportuno, aunque claro, a veces no puede escapar a otro tipo de límites: el dinero, contratiempos y otras situaciones que pueden interrumpir el viaje interminable.

Si tu sueño es viajar por el mundo y nada te detiene, o si estás dispuesto a realizar un largo viaje sin límites… entonces, eres uno de esos viajeros que todos quisiéramos ser.
Si en cambio la vida que llevas te obliga tomarte apenas unos días de vacaciones, prefieres los tours de unas semanas y no ves la hora de regresar a tu casa, eres un turista hecho y derecho, lo que realmente no tiene nada de malo.
Ser turista es muy respetable ya que al menos te interesa ver qué pasa en el mundo y romper con tu rutina.

A la deriva

Itinerarios, horarios de salida y llegada, cronogramas medidos a la perfección, tours contratados y mucha planificación son parte de ese mundo casi caótico en el que se sumerge un turista cada vez que va de vacaciones. Si tienes que tener tu ruta establecida antes de salir a la aventura, eres un turista muy organizado.

El viajero, en cambio, rara vez define su itinerario, aunque tiene mínimamente un rumbo definido, pero sin ataduras. Quizás escoge un país, una región que le interesa visitar y se mueve de un lado al otro con la máxima libertad posible, al azar. Si prefiere cambiar de dirección lo hará, porque lo espontáneo es parte de su viaje.

La sorpresa

Un viajero va en busca de lo exótico, lo diferente, las sorpresas que pueda encontrar en el camino. Es más un viaje de descubrimientos donde no se sabe qué puede aparecer a la vuelta de la esquina. Su viaje se define por lo inesperado

Un turista, en cambio, ya sabe de antemano lo que va a encontrarse en su destino. Puede tener sorpresas –siempre las hay– pero su viaje se define en la búsqueda de los atractivos turísticos de una región. Si van a Paris, rara vez pasearán por sus angostas calles en los barrios menos céntricos. Se atarán a un completo itinerario para poder llegar a visitar todas las grandes atracciones: el Arco del Triunfo, la torre Eiffel, el Moulin Rouge… y hacen esto, en parte, por la falta de tiempo que es el gran motor del turista.

El estereotipo de viajero

Los viajeros están asociados al estereotipo del mochilero: un joven que toma su ligero equipaje y sale a recorrer el mundo con poco dinero, motivado sólo por sus sueños de recorrerlo todo, ver todo y pasar varios años de su vida en ese viaje casi interminable. Sin embargo un viajero es más que eso y no necesariamente cumpla con todas estas condiciones. Lo que motiva verdaderamente a un viajero es la libertad de acción, saber que su viaje es suyo y de nadie más y que no hay apuros. Aunque no cuentes con suficiente tiempo para viajar por meses, cómo valoras el tiempo es lo que hace la diferencia entre un viajero y un turista. Tampoco hace falta ser joven y no tener ni una moneda en el bolsillo para ser un viajero con todas las letras. Está claro que el dinero ayuda y una persona de cualquier edad puede emprender un viaje de aventuras sin restricciones.

El estereotipo de turista

¿Qué tiene de malo seguir el itinerario al pie de la letra? El turista es conocido internacionalmente por dos marcas: la cámara de fotos atada a su cuello y la ropa cómoda para enfrentar cualquier aventura, incluso cuando sea pasear por la ciudad más ajetreada del mundo. Cuando no se tiene tiempo y has viajado grandes distancias para conocer un lugar, nadie puede culparte por querer ver absolutamente todo lo que puedas en esos cortos días.
El desafío es no quedarse detrás de la cámara, sino disfrutar del viaje, ya que muchas veces nos damos cuenta de los lugares maravillosos que visitamos una vez que tenemos las fotografías reveladas. Otra de las grandes tentaciones en las caen los turistas son las compras. A veces los paseos de compras terminan resumiendo todo el viaje: vamos de un lado al otro en busca del mejor souvenir, la manta exótica, el dulce regional, en vez de pensar en disfrutar de nuestra estadía.


¿Y? ¿Ya sabes qué eres? Así seas un viajero soñador o un turista cronometrado, lo ideal es recorrer el mundo libremente, descubriendo lugares y gentes nuevas, ser capaces de disfrutar de ese momento irrepetible que es viajar.

Hagamos un juego...

Diría que cerrases los ojos, pero como es obvio, no verías la pantalla y todo esto no serviría de nada. En su defecto vamos a despejar la cabeza de cualquier cosa que ronde por ella y vamos a comenzar a dejar volar la imaginación.
Despiertas y abres lo ojos. Cuando te incorporas comienzas a observar tu alrededor y te ves en medio de un bosque. Los árboles son tan grandes y frondosos como gigantes y están tan juntos unos de otros que casi la luz del sol queda fuera, sin poder pasar. La hierba es verde y húmeda. Entre la maleza observas todo tipo de animales desde tucanes de colores hasta ardillas. Te levantas y comienzas a andar. Llegas a un escampado donde lo único que hay es hierba alta y un árbol viejo en el centro. Mas la derecha, una cascada cristalina cae desde lo alto. De pronto un grupo numeroso de canguros que pastaban tranquilamente te observa durante unos segundos y comienzan a huir por la ladera de la colina. ¿Te gusta lo que ves? Se trata de Australia. Mas concretamente de Melburne. Éste es un amplio estado donde en su mayoría las gentes viven mucho mas aisladas que lo que conocemos aquí en España. Existen grandes distancias entre unas y otras y éstas se sitúan en medio de explanadas llenas de vegetación y animales como lagartos, dingos, cucu-baras y eucaliptos. La forma de vida allí es muy diferente. Es mas relajada y, por regla general, hay una perspectiva mucho mas liberal que lo que aquí se da.
Claro está, hablamos siempre de un medio rural. Pasamos ahora a Sidney, donde entramos ya en un medio mas urbano. Se trata de una ciudad preciosa donde hay una gran variedad de gente y donde puedes encontrar desde comida japonesa hasta restaurantes donde te sirven canguro frito. Es una explosión de multiculturalidad. Solo hay que pasarse por el barrio chino, y nos trasladamos a China en un abrir y cerrar de ojos, o pasear por alguna de sus avenidas y encontrar tomando café desde hippies hasta punkys.
Otros muchos sitios interesantes que puede visitar pueden ser los maravillosos parques, el mercado de pescado o, como no, la famosa Opera House.
Esta es un brevísimo resumen de todo lo que vi...


¿No te apetece darte una vueltecita
por esta isla?